domingo, 3 de mayo de 2009

Hoy no es mi día (sí, como la rola de San Pascualito R).

Hay TARDES en las que me levanto más depre que de costumbre, me veo más gorda, más arrugada, más fracazada y mediocre de lo normal. Esos días, ustedes saben, en los que por más que te bañes y te arregles nomás no consigues mejorar tu aspecto (para ti tal vez).

Justo esos días en los que nada asegura un lindo porvenir, que todo se vislumbra negativo y lleno de amarga soledad, no queda mas que sentirse desdichada en la eternidad de nuestras existencias, o de la mía, porque esto es más que nada personal.


LA CURA

La cura en mi caso es, nada más y nada menos que... ¡Ir con la vecina! ¡Claro! Porque con tan sólo invitar a la pobre vecina jodida a tu casa y presumirle que tu pesas como 20 kilos menos (cosa que no te hace ver delgada de todos modos) y no usas la misma ropa desde la primaria hace sentir mejor a cualquiera, ¿no? Obvio.

Mostrarle a la vecina que tú gozas de cómodos servicios como gas, agua y luz sin deverle nada a nadie, es mejor que un mes de citas con el psicólogo. Nomás ver sus piecitos del 23 que gracias a los escasos recursos económicos han permanecido en los mismos zapatos desde hace años y por lo tanto, siguen conservando la misma talla desde la primaria.

Entonces la invito a la casa, le ofrezco algo de beber y comienzo a sacar el iPod, el celular y hasta bañarme con agua caliente y vestirme con la ropa que me compre ayer sólo para hacerla sentir aún más pobre y miserable. Tanto, que mi otro yo (el malo) empieza a persar que no es tan pobre y miserable como OTRAS.

Sí, la semana pasada comencé mi terapia de "hay peores" y no, no me siento del todo mal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajjajajajajajjajajaj
holaaa
por dios que hoy me hiciste el dia o dire la noche? no se pero no paro de reirme la neta es que eso siempre ayuda, lopondre en practica con mi vecina gorda y dejada XD
gracias por el tip nena
besos