martes, 1 de diciembre de 2009

Ahora que estoy de vuelta...

Meses y meses sin escribir nada. Siento que el tiempo ha corrido como Ana Guevara en las olimpiadas... también es un poco de melancolía, ¿no? Enigüey, hace poco hablaba con un amigo, somos casi de la edad y le comentaba que he llegado a una etapa de la vida en que todo lo vivido te ha enseñado algo: las cosas pasan. No podría decir que ya nada me sorprende, pero al menos ya me sé de memoria el jueguito ese de los acontecimientos, siempre terminarán y los superarás y te encontrarás como me encuentro ahora: recordándolos.

Poco a poco mi vida se ha destrozado y yo no digo ni "pio", ¿por qué? Pues porque simplemente sé que se acabará y ya lo recordaré con una sonrisa en la boca y las lágrimas a punto. Ahí es donde te das cuenta de que tu vida se basa en recordar el pasado. Vik dice que el siguiente paso es olvidarlo y crearte uno nuevo. Yo digo que lo vivido en cada ser humano es único y por ende es irremediablemente significativo e inolvidable.

Tengo un amor de lejos (cosa que ya había comentado antes) y me siento ansiosa por que llegue el momento de recordarme como estoy ahora, enamorada, clavada, entristecida sin él y plenamente felíz a su lado. La diferencia es que para ese entonces yo estaré con él y tendré quien me ayude a descifrar lo anterior, a sufrir lo vivido, a endulzar mi presente con todos los errores cometidos de los que no habré aprendido casi nada.