domingo, 5 de julio de 2009

Retrospección.

Son los momentos más terribles cuando encuentras un segundo para pensar en tu vida. Puede que hoy no existan verdaderas desventuras en el paso de mis días pero sí hay varias ideas en mi mente acerca del futuro o en el recuerdo del pasado que me ponen mal, me derrumban un poquito más a cada momento. Así es, el suspenso me mata. Y esque el no saber siempre ha sido mi peor castigo.

Pronto cumpliré años y, nuevamente, será el peor cumpleaños de mi vida. Estoy por cambiarme de casa (por enésima vez), no tengo ni un centavo, mi novio está al otro lado del continente y mi familia... bueno, mi familia sigue estando igual que hace cuatro años: hecha una mierda. Ahora entiendo por qué mi madre me decía que disfrutara mi infancia, y no es que no lo haya hecho pero hoy, más que núnca, deseo volver a ser niña, retroceder el tiempo al menos una década y tomar otro camino, hacer las cosas como se deben para ser felíz de la forma correcta, sentir nuevamente un fuerte raspón en las rodillas sin importar las cicatrices, comer dulces hasta empacharme sin preocuparme por la gordura, decir la verdad sin que me cueste nada, jugar todo el día hasta caer dormida en las fiestas, espiar a Los Reyes Magos sin atraparlos núnca, creer en el ratón de los dientes y sentir que soy millonaria con tan sólo diez pesos. Sí, hay cosas que no se olvidan pero cuando las dejas de hacer es difícil retomarlas. Jamás olvidaré mi primer juego de té (imitación porcelana), mi primera vez en bici, mi primer reloj Casio, el aroma de los libros nuevos el primer día de clases y todas mis primeras veces ya sea con amigos, con mi hermano o sola en mi cuarto.

He aprendido mucho de mi pasado, conocí muchas cosas en poco tiempo, visfruté como pocos de mi infancia. Hoy no tengo idea de cómo será el porvenir, sólo sé que núnca se está lo suficientemente preparado, la vida no es una obra de teatro es pura improvisación y aunque sí creeo en un destino escrito también creeo en que todos tenemos el poder de elegir cómo vivir la vida.

Es la primera vez que me arrepiento de algo, es la primera vez que siento que algo anda mal, pero sé que no es así; sé que algo bueno debe pasar y si no pasa (como no ha pasado desde hace 6 años) yo tendré que hacer que pase. Porque así es Dios, él podrá mandarte a la guerra pero no sin darte armas para luchar primero.